Vendajes inteligentes: la tecnología al servicio de la medicina

Algunos pueden ser reticentes en los avances tecnológicos, pero es innegable que estos permiten mejorar muchos apartados de la vida. Un ejemplo es la medicina, donde más allá de los trasplantes y enfermedades graves, también existen novedades que se pueden considerar menores pero que hacen la vida más cómoda a médicos y pacientes. Un ejemplo son los vendajes inteligentes.

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Este avance, que se está desarrollando en Swansea (Reino Unido), lo que busca es que se pueda conocer si el problema que se tiene y que necesita del uso de una venda –y, también, llegado el caso de una escayola- va por el camino que debe. Y, todo ello, sin necesidad de quitar este elemento. Así, por poner un ejemplo, si un esguince está en proceso de curación, lo que se pretende es que el médico no tenga que manipular más que el dispositivo al que se conectan los vendajes inteligentes (como por ejemplo un ordenador o un terminal móvil) para saber si todo transcurre como debería.

Lo cierto es que las aplicaciones que se vislumbran son excelentes ya que, si se avanza en el desarrollo que ya está en una fase de experimentación final, sería posible que el médico comozca desde cualquier lugar la evolución concreta del paciente. Y, en el caso de que este tenga que ir al hospital, no sería necesario el quitar la venda para conocer si se consigue la mejora esperada, lo que aumenta la rapidez de la atención. Un logro de lo más eficiente y llamativo.

La tecnología de los vendajes inteligentes

Pues dos son los elementos principales que se deben utilizar para conseguir que estos dispositivos avanzados sean una realidad. Lo primero es la inclusión de diferentes sensores, de tamaño nanométrico, que se encargan de conocer los datos que muestran si el paciente va avanzando o no (e, incluso, si la efectividad de los vendajes inteligentes en cuestión es la esperada). Lo segundo es proporcionar conectividad, que según los científicos de la Universidad de Swansea que están trabajando en estos productos, debería ser 5G, ya que esta asegura la tasa de trasferencia necesaria, así como estabilidad del ancho de banda.

Y, aquí, es donde se están encontrando las mayores dificultades, ya que los elementos que se necesitan deben tener unas dimensiones muy pequeñas para que no molesten al paciente. Y, claro, el proceso de miniaturización no es precisamente sencillo. Pero, la idea, es adecuada y quizá con aprovechar al máximo la conectividad 4G se puedan conseguir resultados bastante eficientes. El caso es que la tecnología móvil y conectada puede significar grandes avances en un futuro cercano y, esto, permitir algo que se lleva mucho tiempo deseando: la medicina a distancia –siempre que sea viable su uso, claro está-.

Fuente: Topes de Gama