Descubren cómo controlar la obesidad con un “interruptor”

Este hallazgo da a conocer cómo se programa el cuerpo para quemar la grasa después de comer.

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La obesidad es un problema de salud pública que afecta a millones de mexicanos, tanto, que los expertos la consideran una epidemia. Pero el descubrimiento de un interruptor cerebral podría acabar con este problema.

Científicos del Instituto de Descubrimiento Biomédico de la Universidad de Monash en Australia, descubrieron un mecanismo parecido a un interruptor mediante el que el cerebro coordina la alimentación con el gasto de energía.

Este hallazgo da a conocer cómo se programa el cuerpo para quemar la grasa después de comer y abre una nueva puerta para el tratamiento de la obesidad.

Sabemos que la obesidad es un problema grave que no solo afecta nuestra calidad de vida, sino que provoca una serie de enfermedades crónicas como la diabetes, el cáncer y el hígado graso.

Por ello, esta investigación resulta muy relevante, ya que se demostró cómo la alimentación controla la conversión de la grasa blanca, (que almacena energía), en grasa marrón, (que gasta la energía).

¿Qué es la grasa blanca y la grasa marrón?

La grasa en el cuerpo humano se almacena en unas células especializadas llamadas adipocitos, las cuales cambian los estados de la grasa blanca a marrones y viceversa.

La grasa blanca es la que generalmente se acumula en el abdomen o las caderas y tiene el propósito de protegernos de golpes por caídas o choques mecánicos. Sin embargo, es también la que causa enfermedades cardíacas si se acumula en exceso.

Por su parte, la grasa marrón es un tipo de “grasa buena”, porque contribuye en la quema de calorías y estimula el adelgazamiento.

Algunos estudios demuestran que quienes tienen un mayor número de células grasas marrones adelgazan más rápido y no engordan con facilidad.

La grasa en el cuerpo humano se almacena en unas células especializadas llamadas adipocitos, las cuales cambian los estados de la grasa blanca a marrones y viceversa.

La grasa blanca es la que generalmente se acumula en el abdomen o las caderas y tiene el propósito de protegernos de golpes por caídas o choques mecánicos. Sin embargo, es también la que causa enfermedades cardíacas si se acumula en exceso.

Por su parte, la grasa marrón es un tipo de “grasa buena”, porque contribuye en la quema de calorías y estimula el adelgazamiento.

Algunos estudios demuestran que quienes tienen un mayor número de células grasas marrones adelgazan más rápido y no engordan con facilidad.

Dicho esto, el estudio encontró que después de comer, el cerebro reacciona a la cantidad de insulina que circula, misma que se incrementa después de ingerir glucosa.

A partir de ahí, el cerebro envía una señal para promover la conversión de grasa blanca a marrón y gastar energía.

Sin embargo, cuando hacemos un ayuno ocurre lo contrario, el cerebro ordena a las células grasas marrones convertirse de nuevo en células grasas blancas, lo que provoca que almacenes más energía.

Es con estos procesos que el cuerpo regula el exceso y la pérdida de peso, todo en respuesta a la alimentación y al ayuno que tengamos.

¿Qué es lo que nos está causando obesidad?

Se demostró que la capacidad del cerebro para detectar la insulina y coordinar la alimentación con el gasto energético está controlada por un mecanismo parecido a un interruptor que se activa durante el ayuno e inhibe la respuesta a la insulina.

Este mismo interruptor se encarga de reprimir la grasa marrón para conservar la energía. Después de la alimentación, el interruptor se apaga y facilita la respuesta de la insulina, promoviendo la grasa marrón que nos hace gastar energía.

El investigador principal, Tony Tiganis advierte que “lo que ocurre en el contexto de la obesidad es que el interruptor cerebral permanece encendido todo el tiempo – no se apaga durante la alimentación-”

Como la grasa marrón está desactivada, el gasto de energía disminuye todo el tiempo, por lo que cuando se come no hay un aumento proporcional en el gasto de energía, causando aumento de peso.

A partir de esto, los investigadores buscarán la posibilidad de reprogramar el interruptor en las personas con obesidad, para promover el gasto de energía y la pérdida de peso.

¿Crees que estamos ante la cura de la obesidad?

Fuente: Su Médico